viernes, enero 31, 2014

El lamento de Ariadna (XXII)

Ariadna abandonada en Naxos. Grabado de Johann Ulrich Krauss
Las ilustraciones para Las metamorfosis en "rondeaux"

En 1676 se publicaba en la Imprenta Real de París la versión al francés de Las metamorfosis de Ovidio realizada por el poeta y dramaturgo Isaac de Benserade (1613-1691) empleando la estrofa denominada "rondeau": Métamorphoses d´Ovide en Rondeaux. Imprimez et Enrichis de Figures par Ordre de Sa Majesté, Et Dediez a Monseigneur le Dauphin (Paris, Imprimerie Royale, Sebastien Mabre-Cramoisy imprimeur de Sa Majesté)El escritor normando, que había recibido una pensión del cardenal Richelieu y comenzado su carrera literaria con la tragedia Cleopatra (1635), se convirtió a la muerte de éste en favorito del Duque de Brézé, del cardenal Mazarino y, finalmente, del propio Luis XIV, en cuya corte destacó como autor de letras de ballets. Fue el mismo rey quien le encargó poner en verso la obra de Ovidio, pero en un momento en que la estrella de Benserade empezaba a declinar. Poco después se retiraría a Gentilly.

El "rondeau" (rondó) es una composición empleada en la poesía francesa desde el siglo XV que consta de trece versos endecasílabos y un bordón, que se reitera en las posiciones novena y decimoquinta. Clément Marot había establecido que éste debía surgir de las primeras cuatro sílabas del verso inicial. El esquema ideal sería el siguiente: primera estrofa, AABBA; segunda estrofa, AAB + bordón; y tercera estrofa, AABBA + bordón. He aquí el escrito por Benserade para referir libremente el episodio del abandono de Ariadna contenido en el libro octavo de Las metamorfosis:

"Ariane abandonnée se plaint dans un desert"

Il est bien dur de mourir de langueur

pour un ingrat toûjours maistre d'un coeur,
dont la pensée est encore à luy toute,
d'un coeur tout neuf qui perdit ce qui coûte, 
si cher helas ! à la jeune pudeur.

Ce souvenir, s'il a quelque douceur,

pour un indigne, et cruel ravisseur,
pour Ariane est bien amer sans doute.
Il est bien dur,

L' abandonner à son propre malheur,

et que celuy qui cause sa douleur
ne vienne pas aux plaintes qu'il écoute,
pour essuyer des larmes qu'il redoute,
qu'il void couler, et dont il est l'autheur.
Il est bien dur.

"Ariadna abandonada se lamenta en un desierto"

Es muy duro morir de abatimiento
A causa de un ingrato, amo siempre de un corazón,
Que sólo piensa en él;
De un corazón tan ingenuo que hizo perder 

a la joven su vergüenza,  bien, ¡ay!, tan preciado.

Este recuerdo, si hay compasión
Con un indigno y cruel raptor, 
Para Ariadna es bien amargo sin duda.
Es muy duro,

Abandonarla a su propia desgracia,

Y que el que causa su dolor
No acuda a los lamentos que escucha,
Para enjugar unas lágrimas a las que teme,
Que ve correr, y de las que es causante.
Es muy duro.

 Páginas de la edición de 1676

La edición parisina contaba con un frontispicio dibujado por el gran pintor Charles Le Brun que fue grabado por Sébastien Le Clerc, y cada "rondeau", impreso en la página derecha, iba acompañado a la izquierda de una pequeña ilustración grabada y enmarcada, cuyos autores fueron el propio Le Clerc (1637-1714), Jean Le Pautre (1618-1682) y François Chauveau (1613-1676). Este último, muerto precisamente el año de la impresión del libro de que tratamos y autor de muchos de los dibujos,  tenía desde 1662 el título de Grabador del Rey y era consejero de la Academia Real de Pintura y Escultura. De su taller se conservan más de 6000 grabados que, entre otros, ilustran obras de Scarron, Molière, Racine, Boileau o La Fontaine. Por lo que respecta a Le Clerc, nacido en Metz e hijo de un orfebre, había llegado a París en 1665 después de haber hecho carrera militar como ingeniero. Allí Charles Le Brun, le aconsejó olvidar las ciencias y dedicarse únicamente al dibujo y al grabado, llegando a obtener de parte del ministro Colbert una pensión de 600 escudos con la condición de que consagrara su talento exclusivamente al servicio del Rey. Aceptado en la Academia Real en 1672, ejerció en ella como profesor de Geometría y Perspectiva. Le Pautre, por su parte, se había especializado en los grabados de motivos arquitectónicos y ornamentales, y formaba igualmente parte e la Academia Real (desde 1617).   

Chauveau firmó los grabados que representan a Pasífae y el toro y a Teseo preparado para entrar en el laberinto, es decir, los que preceden al que nos interesa, en el que no advertimos, sin embargo,  autógrafo alguno. En el mismo aparece en primer plano Ariadna, ataviada con túnica y calzada en un solo pie, su cabello hermosamente recogido. Ha salido de la tienda en la que ha pasado la noche con Teseo tras advertir su ausencia y corre desesperada alzando los brazos al ver que el barco (anacrónico) del ateniense se pierde en el horizonte. La abundante vegetación poco tiene que ver con el paisaje desolado que pintaba Ovidio.

 
Páginas de la edición de 1697 con grabado de Van Hagen

La obra en cuestión fue reeditada en Amsterdam en 1679 por el impresor Abraham Wolfgang, pero en esa ocasión se prefirió colocar el texto a la izquierda, y los grabados, cuya copia fue encomendada a Christian van Hagen, a la derecha. Como puede verse en la imagen que reproducimos, se ampliaron e invirtieron los dibujos, para lo que se emplearía la técnica de proyección en un espejo, pero las modificaciones en éstos son muy leves (obsérvese, por ejemplo, en la representación de Ariadna abandonada el contorno de la cresta montañosa del fondo). Estos grabados de Van Hagen fueron empleados también en la edición de 1697 (Amsterdam, Pierre Mortier).


Grabado de Krauss para la edición de 1690

Una nueva edición de estos grabados se realizó en 1690 en la ciudad de Ausburgo, en el taller de Johann Ulrich Krauss (1655-1719), impresor asimismo de Die Verwandlungen des Ovidii: in zweyhundert und sechs und zwantzig Kupffern, título de estas Metamorfosis ilustradas.  En cada página del libro aparecían dos ilustraciones acompañadas de un breve texto en alemán.

domingo, enero 19, 2014

El lamento de Ariadna (XXI)

Teseo y Ariadna, grabado de Stefano della Bella (1644)

Más grabados del siglo XVII

En 1643 el cardenal Mazarino, tutor del defín Luis, futuro Luis XIV (1638-1715), decidió la creación de una serie de juegos destinados a estimular la inteligencia y perfeccionar la instrucción del joven príncipe. Su preceptor, Hardouin de Péréfixe, arzobispo de París, encargó al escritor Jean Desmarets de Saint-Sorlin (1595-1676) la creación de cuatro juegos de cartas educativas "pour le divertissement et l´instruction du Dauphin": el Jeu des Fables o des Métamorphoses, el Jeu des Reynes Renommées, el Jeu des rois de France y el Jeu de la Géographie.  Cada carta estaría formada por un grabado y un comentario. Los dibujos, y luego los grabados al aguafuerte, fueron realizados por el florentino Stefano della Bella (1610-1664), instalado en París entre 1640 y 1649, quien entregó su trabajo en 1644, año en que se imprimiría en el taller de Henri Le Gras.

Nos interesa particularmente el Juego de las Metamorfosis, evidentemente inspirado en la obra del poeta Ovidio. Estaba compuesto de 52 cartas, repartidas en picas, corazones, diamantes y tréboles, que contienen imágenes de los dioses (Júpiter, Juno, Marte...) y de varias leyendas: la de Acteón, la de Vertumno y Pomona, la de Jasón y el vellocino de oro, la de Pan y Siringe, Dédalo e Ícaro, Hércules y Deyanira...  



La carta correspondiente a Teseo y Ariadna ( 87 x 56 mm) contiene en la parte superior un grabado en el que se representa a la princesa cretense, en primer plano y dando la espalda al espectador, sentada en una roca de la playa intentando, con sus movimientos de manos, llamar la atención de los navegantes del bajel de Teseo, que ya surca el mar. La leyenda al pie reza:

Thesée et Ariadne
Thesée fils d´Egée Roy d´Athenes, ayant vaincu le Minotaure en Crete par le moyen d´Ariadne fille de Minos et de Pasiphae, il s´enfuit avec elle en l´isle de Naxo, ou il l´abandonna. Elle y fut trouvée par Bacchus qui l´ayma, et mit sa couronne dans le ciel.

Teseo y Ariadna
Teseo, hijo de Egeo, rey de Atenas, habiendo vencido al Minotauro en Creta gracias a Ariadna, hija de Minos y de Pasifae, huyó con ella a la isla de Naxos, donde la abandonó. Fue encontrada por Baco, que se enamoró de ella y puso su corona en el cielo.

Al pie, el número 7 y el dibujo de un trébol.

Stefano della Bella (1610-1664) se había iniciado como orfebre y más tarde pasó al dibujo y el grabado. Sus obras juveniles se inspiraron en los aguafuertes de Jacques Callot. Estuvo primero bajo la protección de Lorenzo de Medici, hijo del gran duque de Toscana Fernando I, y luego viajó a Roma, donde permaneció entre 1633 y 1636. Allí conoció a grabadores y editores franceses, quienes influyeron en su decisión de marchar a París, donde recibió numerosos encargos del cardenal Richelieu y obtuvo gran éxito en la corte. La temática de sus grabados es muy variada: animales, escenas de carnaval, batallas, paisajes, mapas, elementos decorativos... De vuelta a Florencia regresó junto a los Medici sin dejar de estar vinculado a los editores parisinos. Dejó un legado de más de mil grabados.



lunes, enero 13, 2014

El lamento de Ariadna (XX))


Ariadna abandonada, esmalte sobre azulejo de J. Romero (45 x 31,5 cm) basado en un grabado de Johan Ulrich Krauss (h. 1690) para ilustrar Las Metamorfosis de Ovidio

domingo, enero 05, 2014

El lamento de Ariadna (XIX)

Plancha 74 de la edición de Bauer de 1703

En 1606 el pintor y grabador Antonio Tempesta (Florencia, 1555-Roma, 1630) daba a luz en Amberes un nuevo juego de grabados destinado a ilustrar Las metamorfosis de Ovidio, inspirados en los ya conocidos de Bernard Salomon. El precioso libro intitulado Metamorphoseon sive transformationum Ovidianarum libri quindecim, aeneis formis ab Antonio Tempesta florentini incisi et in pictorum antiquitatisque studiosorum gratiam nunc primum exquisitissimis sumptibus a Petro de Iode Antverpiano in lucem editi, sólo contiene, en lo que a nosotros nos interesa, la escena de la lucha entre Teseo y el Minotauro dentro del Laberinto.


Teseo vence al Minotauro, Antonio Tempesta (ed. 1606)
Tempesta fue alumno del pintor flamenco establecido en Florencia Giovanni Stradano (Jan van der Straet), cercano al círculo de Vasari, y alumno de la Accademia de Disegno de la ciudad del Arno. En Roma se relacionó con la colonia neerlandesa y obtuvo varios encargos del papa Gregorio XIII  junto a Matthijs Bril. Participó en la decoración del Palazzo Farnese en Caprarola y en la realización de los frescos de Villa d´Este en Tivoli. Como grabador, son  muy apreciadas sus estampas sobre escenas del Antiguo Testamento, la mencionada serie de Las metamorfosis y otra destinada a ilustrar Batauorum cum Romanis bellum, en colaboración con Otto van Veen.

Los grabados de Tempesta fueron imitados, ya que debieron de conocerlos antes de su edición, por el holandés Hendrick Goltzius (1558-1617) y su seguidor Crispin de Passe (1564-1637), en su Metamorphoseon Ouidianarum typi aliquot artificiosissime delineati, ac in gratiam studiosae juuentutis editi per Crispianum Passaeum Zeelandum chalcographum Anno salutis humanae 1602. Las imágenes de estos tres grabadores están repletas de matices de estilo manierista y anuncian ya el Barroco. También fueron utilizados estos dibujos por el francés Jean Mathieu para las ilustraciones que acompañarían las traducciones al francés de la obra de Ovidio a cargo de Nicholas Renouard desde la primera edición de 1617 (Les Metamorphoses d´Ovide traduites en prose française..., París, Veuve L´Angelier).
Teseo y el Minotauro, grabado de J. Mathieu, Les Metamorphoses d´Ovide (ed. 1619) 

Se inspiran igualmente en Salomon pero deben considerarse ya barrocas las imágenes que el grabador alemán Johann Wilhelm Baur -Joan Guiliam Bouwer o Bauer- (Estrasburgo, 1607- Viena, 1640) creó para su Ovidio ilustrado casi al final de su carrera artística. Hijo de orfebre, destacó por su precisión en las miniaturas y los cuadros de pequeño formato (escenas de batallas y puertos, paisajes y alegorías) con los que obtuvo considerable éxito en Italia. Residió en Nápoles y Roma, y trabajó para las más notables familias del momento: los Farnese, los Colonna y los Borghese. En 1637 se dirigió a Viena donde el emperador Fernando III le encargó una serie de grabados sobre la vida de Cristo y de la Virgen. Allí realizó también las 150 planchas para Las Metamorfosis de Ovidio, obra que vio la luz en 1641 aunque algunas estampas están firmadas ya en 1639. La obra fue reeditada al menos en 1687 (Nuremberg), 1703 (Nuremberg), 1709 (Augsburgo). La plancha 74 nos presenta en primer plano la unión de Dioniso y Ariadna sobre quienes penden las estrellas que simbolizan la constelación. En segundo plano aparece la princesa cretense entregando el hilo a Teseo, que se encuentra también detrás ya luchando con el Minotauro. Al fondo, el paisaje presenta la rocosa isla de Naxos y el bajel del pérfido ateniense que se aleja de la costa.

Teseo vence al Minotauro, plancha 74 de la edición de Bauer de 1641

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